#11 Actos de valentía
El nuevo gobierno se acerca al presupuesto. El espíritu olímpico prevalece. La crisis en Líbano trae reacciones inesperadas.
Desde la última entrega de Yalla Balagán pasaron poco menos que un millón de cosas en Israel. Cambiaron el primer el ministro y el presidente, tiramos a la basura los barbijos y nos los tuvimos que volver a poner a los 10 días, estuvimos a punto de desechar millones de dosis de la vacuna de Pfizer porque los palestinos no las quisieron, y empezamos a darle el tercer pinchazo a los mayores de 60. La variante Delta llevó el número de contagios a niveles preocupantes pero el número de pacientes en estado grave y muertos no crecieron significativamente.
El nuevo gobierno ya acordó en el gabinete el esqueleto del presupuesto, algo de lo que carecemos desde hace 3 años. Estamos en 2021 con un presupuesto aprobado para 2019, en el 2018, con números de 2017. No hace falta saber mucho sobre la política y la economía de ningún país para suponer que esos números ya no representan las necesidades actuales. La coalición tiene hasta noviembre para que el parlamento lo apruebe. Caso contrario, la Knéset se disuelve y se llama a elecciones, algo que sí tuvimos en exceso; cuatro en dos años. Habrá tira y aflojes, portazos y giros, pero todo indica que va a aprobarse. Los partidos árabes de la oposición parecen haber acordado acompañarlo, mientras que se descuenta que el resto de la oposición se va a oponer rotundamente. Así lo hicieron durante este mes y medio de gobierno en el que se opusieron incluso a proyectos que originalmente impulsaron, como la llamada Ley de Reunificación Familiar Palestina o de Ciudadanía.
Este proyecto, creado durante la Segunda Intifada, ponía trabas automáticas a un palestino que solicitaba residencia en Israel por casarse con un ciudadano israelí. Likud presentó el proyecto e impulsó sin percances su renovación durante 18 años. Cuando les tocó tratarlo desde las bancas de la oposición no alzaron las manos. Más allá de lo político, no hubo ningún argumento real para cambiar de posición.
Vale reconocer que esta medida, citada desde la seguridad, tiene puntos polémicos y es difícil llegar a un acuerdo. Por eso, a pesar de haber sido aprobada, más preocupante es la postura de la oposición al votar en contra de iniciativas como la Ley de ADN, que propone conservar la información genética de víctimas de delitos sexuales por tiempo indeterminado para ser utilizados cuando sea posible avanzar con investigaciones. Miki Zohar de Likud resumió la postura de gran parte de la oposición en varias de las votaciones: “Es una lástima haber tenido que oponerse, es un proyecto muy importante. Pero hay algo más importante que cualquier otra cosa: que el Estado de Israel sea dirigido por personas aptas”.
En cualquier caso, el gobierno parece haber encontrado un funcionamiento, y aunque la próxima tormenta está a la vuelta de la esquina, si finalmente el presupuesto consigue la mayoría en el parlamento, será la oposición la que deba replantearse la estrategia. Y eso incluye el liderazgo del ahora ex primer ministro, Binyamin Netanyahu, quien de a poco empieza a encontrar rechazos y voces opuestas en su partido, aunque hasta ahora tímidas.
🥋 EL ESPÍRITU OLÍMPICO
Durante la primera semana en Tokyo, el deporte se vio manchado por la política cuando dos judocas distintos se negaron a pelear con el israelí Tohar Butbul. El argelino Nourine y el sudanés Abdalrasool fueron expulsados de la villa olímpica y probablemente enfrenten sanciones de la Federación Internacional de Judo. Afortunadamente, días después, el judo se redimió cuando una israelí y una saudí subieron juntas al tatami.
Al respecto, el jueves pasado el periódico en inglés más antiguo de Arabia Saudita, Arab News, que además está ligado a la corona, le hizo una entrevista a la judoka israelí Raz Hershko a raíz de su combate con la saudí Tahani Al-Qahtani.
El periódico puso especial énfasis en los elogios de la israelí, que destacó la valentía de su colega: “La judoca saudí no solo desafió el clamor popular de los que promueven el odio para boicotear el combate, sino que participó sabiendo muy bien que Hershko tenía mucha más experiencia internacional y claramente era la probable ganadora.”
Arab News no sólo publicó el artículo en su versión, también compartió los videos de las respuestas de Raz Hershko en su portal web y en las redes sociales. Allí la israelí dijo: “Creo que es asombroso que ambas hayamos dejado la política a un lado para hacer algo que amamos”
También se comentan las deserciones del argelino y el sudanés, antecedentes inmediatos al combate: “Al-Qahtani eligió competir contra Hershko, una decisión que recibió elogios de los medios japoneses y provocó una ola de apoyo de figuras de alto perfil y fanáticos del deporte en Arabia Saudita”.
El artículo continúa destacando que Al Qahtani era la última saudita clasificada a los juegos, que la pelea era despareja desde el vamos en cuestiones de técnica, fuerzas y experiencia y concluye de esta manera:
“La valiente actuación de Al-Qahtani dentro y fuera del tatami demostró un cambio notable en Arabia Saudita y una apertura para superar la geopolítica actual en el ámbito del deporte y la cultura, ambos caminos que podrían unir a personas de naciones opuestas. Sobre si aceptaría una invitación para competir en Arabia Saudita, Hershko dijo: "Por supuesto, ¿por qué no?"”
A lo que yo agrego, a título personal, que es la respuesta más israelí posible. Además lo notable del hecho de que sean mujeres quienes llevan adelante este pequeño gran acercamiento, tal vez sea el acto de mayor interacción real entre ambos países en la historia. Sólo el hecho de que un medio saudita se atreva a cubrirlo y defenderlo de esta manera es una señal más que clara de que los tiempos han cambiado mucho en apenas meses.
🌲 LA CRÍSIS DE LÍBANO
En marzo hablábamos aquí mismo de la delicada situación en Líbano, que no ha cambiado nada, si por cambiar nos referimos a mejorar. Tras la devastadora explosión en el puerto de Beirut, asumió como primer ministro Saad Hariri, quien tras un año nunca pudo conformar un gabinete, y está por entregarle la imposible tarea a Najib Mikati, uno de los hombres más ricos del país, también ex premier, y también considerado parte del establishment político.
Gracias a los cortes de electricidad de 23 horas por día, desabastecimiento de combustible, constantes subidas de precios de insumos básicos, y un gran etc, el malestar social es generalizado en todo el país.
Durante el último mes hubo al menos tres casos de ciudadanos libaneses tratando de cruzar la frontera con Israel, no con fines terroristas, como era habitual, sino en busca de trabajo. En uno de ellos un hombre intentó cruzar nadando por el Mediterráneo.
Esta semana una seguidilla de incidentes derivó en uno muy particular, que retrata la pintura completa. Grupos palestinos del sur de Líbano lanzaron cohetes hacia el norte de Israel, que bajo el nuevo gobierno tiene una política de represalia casi inmediata. Por primera vez desde la Segunda Guerra del Líbano, aviones israelíes ingresaron y bombardearon objetivos dentro del otro lado de la frontera. En respuesta a esto, milicias de Hezbolá dispararon al menos 19 cohetes, que fueron interceptados por la Cúpula de Hierro o cayeron en descampados. Cuando uno de estos grupos trató de hacer pasar una batería de cohetes por una aldea drusa del sur del país, los habitantes los retuvieron y destruyeron el armamento, hartos de ser rehenes del Estado paralelo que comanda Nasrallah desde un búnker.
Ahora los terroristas chiítas acusan a los drusos de ser colaboradores sionistas, pero la realidad es que son un pueblo independiente, harto de los desmanejos varios de todo el arco político libanés desde su fundación. La postura drusa siempre consiste en ser fiel al país que les da cobijo. Así es en Israel, en Siria y así era en Líbano. Hablar de contrato social roto en la tierra de los cedros atrasa algunas décadas, pero nunca tan explícitamente el conflicto interno se puso de manifiesto por encima de las rivalidades con Israel. Lamentablemente, las noticias van a seguir llegando desde este frente, lo cual quiere decir que serán malas.
🎻 VUELVE LA MÚSICA
La Filarmónica de Israel anuncia su nueva temporada, la primera completa con el nuevo y joven director Lahav Shani, con este espectacular spot, que se ve tanto en redes como en televisión.
Entre los destacados, Joshua Bell tocará el Concierto de Violín de Chaikovski, el director emérito Zubin Mehta dirigirá Tosca en versión concierto, y Daniil Trifonov interpretará algunos programas de Rachmaninoff, combinación particularmente privilegiada por este autor. Las entradas se ponen a la venta el 1° de septiembre. Programación completa, aquí.
Hasta la semana que viene, javerim. ¡Shavúa Tov!